Al ritmo de los sueños

Los japoneses tienen algo con la penumbra. Con la oscuridad y su belleza. Lo sé desde que leí el manifiesto sobre la estética japonesa “El elogio de la sombra” que escribió Tanizaki en 1933.

Pues bien, “El tercer amor”, de Hiromi Kawakami, es un verdadero vaivén de luces y sombras. No de altos y bajos, porque bajos no tiene, sino de luces y sombras de la historia y cultura niponas. Un crisol de sueños en que puedes cumplir tus deseos y anhelos. Un sueño en que cumples tus sueños.

El texto va a un ritmo bello, del amor, de la melancolía, de lo onírico, pues la protagonista se evade entre el presente y dos sueños permanentes que la llevan a épocas pasadas de la fascinante cultura japonesa.

Pero diría que sobre todo es una metáfora, aunque a ratos puede ser muy explícita, del ritmo del amor, de nuestro amor y nuestro desamor, o del paso del tiempo en él, como cuando Kawakami detalla que “la intensidad electricidad estática de nuestros cuerpos se había reducido y los chispazos desaparecieron para dar paso a una suave corriente que nos conectaba”.

La pregunta sigue rondando, tal como para la protagonista: si es que se está preparado/a para el tercer amor. Es un libro entonces sobre la duda amorosa, acerca de la esperanza permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *