Para que nunca más…

“La búsqueda», de Cristóbal Jimeno y Daniela Mohor, es la historia de cómo un hijo busca a su padre, Claudio Jimeno, asesor del Presidente Salvador Allende que el 11 de septiembre fue a La Moneda, se quedó, fue sacado y puesto en el suelo de calle Morandé, donde un tanque amenazaba con pasarle por encima, fue llevado al regimiento Tacna, torturado y fusilado dos días después.

Este libro es su búsqueda, el camino que emprendió Cristóbal -quien tenía dos años al momento de su desaparición- para encontrar, recuperar y entender a Claudio.

Porque hay un esfuerzo de Cristóbal para entender porque su padre decide acompañar a Allende en vez de devolverse con su familia. Una pregunta que más de algún familiar de detenido desaparecido se ha hecho. Y entre las múltiples posibilidades, el autor opta por la empatía de su padre con los desamparados, con los desfavorecidos, provocada por diversas razones. Su hijo clarifica eso sí que con su ejemplo Claudio dejó una lección: «darle profundidad y dignidad a tu vida, por breve que esta sea».

Porque ahí destaca el problema etario de las desapariciones forzadas: el hijo pierde la memoria de su padre a sus dos años de edad, congelando la memoria de su progenitor a los 33, y hoy entra en un diálogo imaginario con su padre desde sus actuales 50 años, con una madurez y experiencia que supera o podría superar la que logró alcanzar su padre. Un ejercicio que ayuda, desde lo íntimo, a entender el contexto de la época.

Cristóbal Jimeno menciona que se involucró en el caso de Claudio para tener una respuesta si alguna vez su descendencia le preguntaba «¿Y tú qué hiciste?»

Tras las 200 páginas, queda claro que los autores y su familia hicieron mucho. O al menos lo que más pudieron, en la injustas y brutales circunstancias de una dictadura. Buscaron la verdad, a los asesinos, y a Claudio. «No queremos que le pase a nadie. Ni de izquierda ni de centro ni de derecha. Y para eso no hay más receta que saberlo todo y juzgarlo todo».

«La búsqueda» contribuye por cierto a esa receta. Pero es una búsqueda que sin duda continúa, sin odio, sin violencia, pero con mucha responsabilidad.

Para que nunca más…

Para que no se repita jamás…

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