Un buen vistazo a nuestra historia sísmica

«El terremoto del 13 de mayo de 1647», escrito por Miguel Luis Amunátegui en 1882 y reeditado por Trébol Ediciones, nos coloca en la oportunidad de revisar un cuadro histórico: una fotografía de época de la sociedad chilena de aquel tiempo.

No se trata solo del terremoto que botó gran parte de Santiago. Aprovecha de mostrarnos las relaciones, documentos y hasta anécdotas de un mundo colonial, que llevaba 100 años de permanencia en el territorio de Chile y que era fruto permanente y concreto del mestizaje.

Este libro nos recuerda la importancia de reconocernos y conocernos como un país sísmico, que cada cierto tiempo, en forma inexorable y violenta nos hace víctimas de este tipo de fenómeno de la naturaleza, que en ocasiones llega incluso a recompaginar el esquema o estructura de la nación.

El terremoto de 1647 es el terremoto de mayo, el de la Quintrala, del Cristo de Mayo. Es uno de los movimientos sísmicos más famosos de nuestra historia.

Este texto es muestra de destrucción y reconstrucción; de leyenda y realidad; pero sobre todo, es una oportunidad de mirar el Chile del siglo XVII, con ojos del siglo XIX y reeditado en en el siglo XXI. Un muy buen ejercicio editorial e histórico

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